Hay que mencionar que ha habido muchas elecciones legislativas en todo el periodo de la Republica. La primera, en 1931, da el triunfo a la izquierda haciendo un bienio de reformas. Tras la euforia izquierdista de los primeros momentos, la república se derechiza; y se paran todas las reformas que se habían puesto en marcha. José María Gil Robles se convierte en el presidente de la república. Tras ganar las elecciones en 1933, con una coalición de partidos republicanos de derecha: la CEDA. Pero el gobierno de derechas no es estable, y convoca nuevas elecciones, en 1936, para consolidarse. Pero las elecciones son ganadas por una coalición de izquierda: el Frente Popular. En resumen la Segunda República Española fracasó porque no fue aceptada por los grupos poderosos tanto de la izquierda como de la derecha. Los liberales, cuyas protestas consiguieron el desmantelamiento de la dictadura militar de Primo de Rivera, y posibilitaron la caída de la monarquía, resultaron incapaces de crear unos hábitos democráticos lo suficientemente poderosos para satisfacer las aspiraciones tanto de las clases trabajadoras como de las clases gobernantes.
En febrero de 1936, tras cinco años de inestabilidades sociales y políticas muy acusadas, los dos bandos que para entonces se habían formado pusieron sus disputas nuevamente a votación. La victoria del Frente Popular sobre la CEDA había elevado al poder a un gobierno débil considerado por sus propios partidarios socialistas y comunistas como el precursor de un cambio social más profundo. El 18 de julio de 1936 las dos Españas resolvieron sus diferencias en el campo de batalla: había estallado la Guerra Civil Española.
Por eso hay una clara hegemonía republicana. En el mapa de la derecha esta hegemonía no es tan clara, porque los nacionales (como ellos mismos se denominaban) habían conquistado terreno, sobretodo parte de Andalucía, en el verano-otoño de 1936.
En el primer mapa Galicia era republicana, seguramente porque estaban descontentos por la política cedista. Pero en el segundo mapa se observa claramente que Galicia (junto con Navarra, Baleares y Castilla y León) es una región donde la derecha era fuerte, probablemente por el beneficio de la explotación de minerales a la Alemania de Hitler y a la Italia de Mussolini. También es apreciable el cambio que se produce en Andalucía, en las elecciones son republicanas porque abundan los partidos anarquistas como la FAI y la CNT, este ultimo es el sindicato más importante por su número de afiliados, y es el más revolucionario, dentro de su ideología anarquista. Sin embargo en la Guerra Civil Española toda la parte de los nacionales en Andalucía son territorios perdidos ante la ofensiva nacionalista, puesto que los nacionales necesitaban conectar Castilla y León, con Melilla que fue la primera en sublevarse y declaró el estado de guerra en Marruecos, poco tiempo después el general Francisco Franco Bahamonte toma mando del ejercito en Marruecos.
En el mapa izquierdo se observa que toda Castilla y León, la parte Norte de Castilla La Mancha y la mayoría de Aragón son de ideología de derechas, puesto que no solo había sindicatos socialistas (UGT), y anarquistas (FAI y CNT) también existía los sindicatos confesionales, agrarios y de la pequeña burguesía, como la Confederación Nacional de Sindicatos Católicos. Estos sindicatos que buscan el orden social, y que prefieren la negociación con la burguesía a la lucha de clases. Estos sindicatos se alinearán con el fascismo y la burguesía, utilizarán a ambos para controlar las reivindicaciones del proletariado, incluso por métodos violentos.
En las últimas elecciones Asturias era republicana y Santander y Bilbao de derechas, sin embargo en la Guerra Civil Española estas tres regiones fueron un potente foco contra la sublevación de los nacionales.
El cambio de ideología de las Islas Canarias, se debe a que el general Franco, destinado en Canarias al frente del ejercito, se une al alzamiento, igual como el general Yagüe hace lo mismo ocupando Badajoz.
Hay que decir también que muchas regiones fueron conquistadas por los nacionales porque la Segunda República carecía de oficiales superiores con experiencia, en cambio los nacionales tenía a su servicio la mayoría de los coroneles jóvenes que se pusieron al frente de los grupos de la lucha más importantes, como, las banderas falangistas, los tercios requetés, que tuvieron un papel determinante en el País Vasco y sobre Madrid desde el Norte, y las juventudes de acción popular o renovación española.
En la parte republicana las milicias de voluntarios también se agrupaban según su adscripción partidista o sindical, y fueron determinantes en la derrota de los nacionales en las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona y Valencia.
Esta distribución geográfica permitió a los republicanos quedarse con las reservas de oro del Banco De España, con las siderometalúrgicas vascas, asturianas y de Sagunto, con las industrias catalanas, con la agricultura mediterránea, con el plomo de Linares y el mercurio de Almadén. Por otro lado los nacionales se apropiaron del trigo castellano, el carbón leonés, el ganado gallego, y los vinos de la Rivera del Duero, de la Rioja, los gallegos y los de Navarra.
En febrero de 1936, tras cinco años de inestabilidades sociales y políticas muy acusadas, los dos bandos que para entonces se habían formado pusieron sus disputas nuevamente a votación. La victoria del Frente Popular sobre la CEDA había elevado al poder a un gobierno débil considerado por sus propios partidarios socialistas y comunistas como el precursor de un cambio social más profundo. El 18 de julio de 1936 las dos Españas resolvieron sus diferencias en el campo de batalla: había estallado la Guerra Civil Española.
Por eso hay una clara hegemonía republicana. En el mapa de la derecha esta hegemonía no es tan clara, porque los nacionales (como ellos mismos se denominaban) habían conquistado terreno, sobretodo parte de Andalucía, en el verano-otoño de 1936.
En el primer mapa Galicia era republicana, seguramente porque estaban descontentos por la política cedista. Pero en el segundo mapa se observa claramente que Galicia (junto con Navarra, Baleares y Castilla y León) es una región donde la derecha era fuerte, probablemente por el beneficio de la explotación de minerales a la Alemania de Hitler y a la Italia de Mussolini. También es apreciable el cambio que se produce en Andalucía, en las elecciones son republicanas porque abundan los partidos anarquistas como la FAI y la CNT, este ultimo es el sindicato más importante por su número de afiliados, y es el más revolucionario, dentro de su ideología anarquista. Sin embargo en la Guerra Civil Española toda la parte de los nacionales en Andalucía son territorios perdidos ante la ofensiva nacionalista, puesto que los nacionales necesitaban conectar Castilla y León, con Melilla que fue la primera en sublevarse y declaró el estado de guerra en Marruecos, poco tiempo después el general Francisco Franco Bahamonte toma mando del ejercito en Marruecos.
En el mapa izquierdo se observa que toda Castilla y León, la parte Norte de Castilla La Mancha y la mayoría de Aragón son de ideología de derechas, puesto que no solo había sindicatos socialistas (UGT), y anarquistas (FAI y CNT) también existía los sindicatos confesionales, agrarios y de la pequeña burguesía, como la Confederación Nacional de Sindicatos Católicos. Estos sindicatos que buscan el orden social, y que prefieren la negociación con la burguesía a la lucha de clases. Estos sindicatos se alinearán con el fascismo y la burguesía, utilizarán a ambos para controlar las reivindicaciones del proletariado, incluso por métodos violentos.
En las últimas elecciones Asturias era republicana y Santander y Bilbao de derechas, sin embargo en la Guerra Civil Española estas tres regiones fueron un potente foco contra la sublevación de los nacionales.
El cambio de ideología de las Islas Canarias, se debe a que el general Franco, destinado en Canarias al frente del ejercito, se une al alzamiento, igual como el general Yagüe hace lo mismo ocupando Badajoz.
Hay que decir también que muchas regiones fueron conquistadas por los nacionales porque la Segunda República carecía de oficiales superiores con experiencia, en cambio los nacionales tenía a su servicio la mayoría de los coroneles jóvenes que se pusieron al frente de los grupos de la lucha más importantes, como, las banderas falangistas, los tercios requetés, que tuvieron un papel determinante en el País Vasco y sobre Madrid desde el Norte, y las juventudes de acción popular o renovación española.
En la parte republicana las milicias de voluntarios también se agrupaban según su adscripción partidista o sindical, y fueron determinantes en la derrota de los nacionales en las grandes ciudades, como Madrid, Barcelona y Valencia.
Esta distribución geográfica permitió a los republicanos quedarse con las reservas de oro del Banco De España, con las siderometalúrgicas vascas, asturianas y de Sagunto, con las industrias catalanas, con la agricultura mediterránea, con el plomo de Linares y el mercurio de Almadén. Por otro lado los nacionales se apropiaron del trigo castellano, el carbón leonés, el ganado gallego, y los vinos de la Rivera del Duero, de la Rioja, los gallegos y los de Navarra.